El Valle de Núria |
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El valle de Núria está situado en el Pirineo oriental, a 2.000 metros de altitud, y está rodeado de cimas que rondan los 3.000 metros, formando un amplio anfiteatro de suaves vertientes donde el silencio y la paz son los protagonistas. |
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Historia
La situación geográfica ha determinado la historia de Núria. Las pasturas del valle fueron objeto de transacción entre condes y monasterios, un hecho que probablemente explica el origen del santuario. Posteriormente, el Tratado de los Pirineos transformó Núria en una plaza fronteriza y la puso en el punto de mira de los militares. Fue, también, el escenario escogido por la Generalitat de Cataluña para redactar el proyecto del "Estatut de Núria". La imagen de la Virgen de Núria sufrió el exilio a causa de la Guerra Civil y fue secuestrada durante un tiempo (1967-1972) por patriotas catalanes. Con el estallido de la Guerra Civil, se temía que el santuario resultara dañado. El administrador, el mosén Bonaventura Carrera, se dispuso a salvar todo lo de valor que había en el eremitorio, comenzando por la Virgen. Con la santa talla pasó la frontera e inició un peregrinaje nada fácil, encaminado a proteger la imagen y a garantizar, una vez acabara la contingencia bélica, su retorno a Núria. El santuario fue saqueado. Posteriormente fue convertido en prisión y, más tarde, en hospital de convalecencia de mutilados de guerra. Al acabar la guerra, el santuario se convirtió transitoriamente en un sanatorio, aprovechando las dependencias del hotel. |
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El monasterio
A principios de 1941, el templo de Núria ya estaba en disposición de abrirse y de ser restituido de nuevo al culto. También este mismo año, la Virgen procedente de Suiza volvió a Núria. El año 1942, el arquitecto Danés diseñó un trono para la Virgen. La apertura oficial de la iglesia fue el día de San Pedro del año 1943 y el nuevo obispo de la Seu, Ramon Iglesias i Navarri, presidió el acto. También ese mismo año, la olla, la cruz y la campana fueron puestas de nuevo a disposición de la pía devoción de los fieles. El proceso de restauración de la iglesia y de las diversas dependencias no se detendría aquí. En agosto del año 1946, el obispo Iglesias bendijo el altar de San José, que habían financiado las familias Gamandá y Pallàs. La primera piedra del nuevo campanario inició una reforma de la iglesia, que afectó a la fachada y al campanario central acabado en aguja. También se amplió el presbiterio y el camarín. |
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